Síndrome nunca/siempre lo hicimos así
No es porque están establecidos que los hechos deben ser aceptados, cuestiona siempre aunque sea para validarlos. La mayoría de las veces te vas a sorprender constatando que los hechos que generaron actitudes no existen más.
Te lo explico con una historia y con un ensayo científico.
La historia es de una María una muchacha que cuando hacía una torta redonda le quitaba dos pedazos a los lados y los botaba, cuando le preguntaron por qué lo hacía, ella contestó: no sé, así me enseñó mi Mamá. Al hacerle el mismo cuestionamiento a la Madre, ella respondió que así se lo había enseñado su Mamá también (la abuela de María). Al ir y preguntarle a la abuelita de María el por qué ella le quitaba dos pedazos a los lados de la torta, le respuesta fui muy simple: “ah porque yo no tengo un molde redondo sino cuadrado y le quito esos dos pedazos para que entre completa en el molde cuadrado”.
El ensayo científico consistió en que un grupo de científicos encerró a cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de plátanos. Cuando uno de los monos subía la escalera para agarrar los plátanos los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que se quedaban en el suelo.

Pasado algún tiempo, los monos aprendieron la relación entre la escalera y el agua, de modo que cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo molían a golpes. Después de haberse repetido varias veces la experiencia, ningún mono osaba subir la escalera, a pesar de la tentación de los plátanos.


Entonces, los científicos sustituyeron a uno de los monos por otro nuevo. Lo primero que hizo el mono novato nada más ver los plátanos fue subir la escalera. Los otros, rápidamente, le bajaron y le pegaron antes de que saliera el agua fría sobre ellos. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo nunca más subió por la escalera.

Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo con el que entró en su lugar. El primer sustituido participó con especial entusiasmo en la paliza al nuevo. Un tercero fue cambiado, y se repitió el suceso. El cuarto, y finalmente el quinto de los monos originales fue sustituido también por otro nuevo.
Los científicos se quedaron con un grupo de cinco monos que, a pesar de no haber recibido nunca una ducha de agua fría, continuaban golpeando a aquél que intentaba llegar hasta los plátanos. Si fuera posible preguntar a alguno de ellos porqué pegaban con tanto ímpetu al que subía a por los plátanos, con certeza ésta sería la respuesta: “No lo sé, aquí las cosas siempre se han hecho así”.

Debes deslastrarte del síndrome ¡nunca/siempre lo hicimos así!
Síndrome “mata-tigre”

En nuestro país (Venezuela) cuando alguien quiere hacer cualquier labor para ganarse un dinero rápido y fácil, a eso le llamamos “matar un tigre”. Pues bien, un emprendedor no se puede convertir en un “oportunista en serie”, dedicándose a cuanta oportunidad vea o se le presente para hacer dinero rápido y fácil.
Muchas veces he conocido personas que primero vendían bisutería, después tortas y dulces, luego repuestos de carros y por último seguros de vida; no estoy queriendo decir que vender en varios ramos esté errado, no me mal interpretes, lo que quiero transmitirte es que debes tener enfoque y brújula, debes ser consistente, coherente, congruente, persistente y constante.
Como emprendedor debes tener un propósito claro, desarrollar tus talentos, convertirlos en productos/servicios monetizables, dedicarte a lo que te apasiona, entregarle a la sociedad o al mundo algo que necesita, logrando un impacto.
Síndrome del voluntarismo excesivo
También he conocido a Emprendedores que “decretan”: voy a tener éxito, y si bien, la psicología positiva y la autoestima incentivan, esto no es suficiente para alcanzar el tan deseado éxito. El éxito no se decreta, el éxito se trabaja.
El éxito en la mayoría de los casos no es nada fácil, no es nada sencillo o simple; detrás de cada historia de éxito hay mucho esfuerzo, mucha dedicación y muchos traspiés. Está bien tener muy buena voluntad y actitud ganadora; ¡pero eso no basta!, hay que dejar la piel, el sudor, las lágrimas y hasta la sangre en el camino (exageración que equivale a decir: ¡hay que esforzarse!).
La mayoría de historias de éxito están llenas en su recorrido de negativas a sus ideas, de puertas cerradas, de rechazos, de subestimaciones, de desprecios; tales son los casos muy conocidos de: Walt Disney, Oprah Winfrey, Michael Jordan, Steve Jobs, Jack Ma, Jan Koum, y muchos más que fueron vilipendiados, rechazados y despreciados antes de conseguir el éxito.
Hay que accionar, hay que actuar, hay que hacer, hay que moverse rápido, hay que ser fuerte y ¡hay que ser grande! (para curar el próximo síndrome).
Síndrome de Peter Pan

Imagino que conoces la esencia de este personaje de dibujos animados, que luego llegó al cine y a la televisión: el niño que se negaba a crecer.
Como emprendedor debes pensar en grande, debes actuar para alcanzar la grandeza, no puedes pensar en pequeño, no puedes conformarte con lo que hay, no puedes limitarte a pequeños logros solamente; decía Les Brown: “apunta a la luna, incluso si fallas, aterrizarás entre las estrellas”.
“Ata tu carro a una estrella” dijo Ralph Waldo Emerson. Y eso es justamente lo que debes hacer con tu emprendimiento, debes alcanzar un nuevo nivel de pensamiento, debes pensar constantemente en cómo crecer, en cómo progresar, debes vencer el estancamiento, el conformismo, el retraso, la procastinación y la pobreza a todo nivel.
[…] Los 4 síndromes que debes curar como emprendedor — Piloto de Emprendimientos-Marca Personal-Perso… […]
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