Ser emprendedor no es fácil, se necesita tener una serie de competencias y habilidades para lograr emprender con éxito. Entre esas competencias y habilidades también se hace imperativo practicar y aplicar varios tipos de pensamientos que favorezcan el emprendimiento, que obtengan muy buenos resultados.
Entre los diferentes tipos de pensamientos te enumeraré los 5 que me parecen más importantes a partir de la experiencia y testimonio de muchos emprendedores, incluyéndome.

1.- Pensamiento crítico
Ser emprendedor significa hacerse preguntas constantemente, tomando el papel de abogado del diablo, es decir, siendo muy críticos. Debemos preguntarnos siempre si estamos haciendo lo que nos inspira y nos motiva, si estamos obedeciendo a nuestra pasión, si estamos cumpliendo nuestro propósito.
Debemos tomar decisiones basados en números y estadísticas, debemos registrar, medir y analizar constantemente. Cuál es el retorno de nuestra inversión, cuáles son nuestros ingresos y egresos, nuestros costos, nuestros gastos operacionales, nuestras ganancias, nuestro flujo de caja, nuestros días de cartera, entre otros.
2.- Pensamiento estratégico
Debemos tener metas y objetivos claros, debemos tener una visión de 2.000 metros de altura y poder visualizar dónde estamos, hacia dónde vamos y cómo vamos a lograr llegar a donde queremos. Debemos tener una visión de 360 grados donde cada modelo de negocio que hagamos sea complementario y sinérgico dentro nuestro emprendimiento.
Debemos cuestionar siempre nuestras estrategias y tácticas, visualizar el futuro y ver si el presente nos acerca o nos aleja de ese futuro.

3.- Pensamiento sistemático
Como emprendedores debemos aprender a delegar, debemos aprender-aplicar-y-duplicar para que nuestro emprendimiento crezca y funcione estando o no estando presentes. Debemos sistematizar todos nuestros procesos, nuestra producción, nuestras operaciones, nuestro funcionamiento, para que pueda ser replicable sin que estemos siempre en el negocio, sin que dependa de nosotros.
Tu negocio no va a llegar a ningún lugar si no lo sistematizas, vas a llegar a ser un muy bien pagado autoempleado; pero nunca podrás dejar solo el negocio, ni serás un empresario, sino un empleado de tu propio negocio.

4.- Pensamiento humanista
Los negocios se hacen con personas, sino entiendes a las personas, no entenderás el negocio; personas compran personas. Debes conocer profundamente a tus clientes, ser empático, conocer sus puntos de dolor, que los motiva e incentiva, que temores y frenos tienen, qué necesitan de ti, cómo los puedes ayudar.
Debes enfocarte en cómo puedes mejorar la vida de las personas, más que en cómo vendes un producto, un servicio o un negocio. Debes tener muy clara tu propuesta de valor, debes pensar siempre en la gente.

Debes también pensar en tus empleados, en tu equipo de trabajo, debes liderarlos para que juntos empujen la carreta en vez de montarse en ella. Debes formar un sistema de liderazgo logrando que todos compartan tu visión, y piensen de manera sistémica, sincrónica, en sintonía y organizada en la consecución de esa visión alcanzando el bien común.
5.- Pensamiento inversor
Debes desarrollar un pensamiento de inversionista, este es quizás el más importante, pensar como inversionista significa pensar a largo plazo, si tu negocio no tiene un plan a 5 años, estás sólo pensando en el presente y estás siendo dominado por el peor mal de nosotros los latinos: el cortoplacismo. Cuando no sabes a dónde quieres llegar en el largo plazo, estarás perdido en la inmediatez, debes tener un plan visionario, debes tener indicadores de gestión que midan los resultados que te llevarán a cumplir ese plan.

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